Hoy es la Gratitud y la Fé lo que mueve mi vida. He aprendido que somos energía y actuamos por resonancia; que cuando yo agradezco y sonrió alguien más está vibrando en mi misma sintonía.
Cuando permito que sea la fe lo que mueve mi vida, sencillamente suelto y confío. Abro mi corazón, cierro mis ojos y escucho mi alma; y es ahí, en ese instante, donde puedo sentir tranquilidad y paz infinita.
Desde este nuevo lugar de entendimiento, agradezco a cada uno de esos seres con los que he compartido en el transcurso de mi vida. Ahora se que sin ellos y sin cada una de mis experiencias, no podría haberme transformado en ese ser genuino y feliz que hoy sonríe a la vida y agradece cada día.